Cleland
Hay que pagar por entrar, y vale la pena porque está muy bien conservado, hay todo tipo de fauna endémica campando a sus anchas en semi-libertad (algunos incluso se podían tocar), también tiene un pequeño pero interesante reptilario y un aviario por el que puedes pasear con pájaros por todos lados. Siempre rodeado por flora local. Y unos humedales artificiales que han atraído a pelícanos, cormoranes, garzas y muchas anátidas.
Hay varias especies de canguros (‘roos, como los llaman aquí) y de wallabies.
Con los emúes hay que ser prudente porque son agresivos, no hay que mirarles a los ojos, ni darles la espalda cuando están cerca porque atacan por detrás, como los malos en las películas del oeste.Al ver esas patas se entiende que las aves son realmente dinosaurios emplumados.
También había dingos, los perros que acompañaban a los aborígenes y que hoy estan extendidos por buena parte de Australia. Una valla (la llamada Dog Fence) divide el pais (aproximadamente el cuadrante sureste) para evitar la entrada de dingos.
Separa la zona de cría de ganado bovino de la de ganado ovino. Miles y miles de kilómetros de valla a prueba de perros, la mayor valla de estas características del mundo.
También había koalas, pero la foto prefiero reservarla para cuando vea uno en auténtica libertad.
PD: los canguros son super suaves al tacto, casi da pena pensar en comerlos. ¡Pero es una carne tan sabrosa!