Caballos al amanecer
Hoy tocaba entrenar: esta mañana, Luke y yo nos hemos levantado a las 6:00 y hemos ido en coche hasta una playa cercana. Hemos estado corriendo durante media hora aproximadamente. Es agradable correr en esa playa: sólo arena blanca, con una franja firme y llana que permite hacer sin problemas largas distancias. A esa hora todavía es de noche y apenas se ven algunas luces de casas apartadas, detrás de los árboles que hay en primera línea. Lo demás son dunas, olas y silencio. Durante la carrera solo nos cruzamos con una persona que paseaba a un perro con un collar luminoso (para no perderlo de vista). Entre las 4:00 y las 8:00 de la mañana está permitido montar a caballo por la playa y algunos aprovechan para entrenar a sus animales durante esas horas.
Estábamos cerca de las dunas estirando después de correr, todavía era de noche aunque el horizonte empezaba ya a clarear con una luz rojiza, y de repente pasa a galope tendido un grupo de cuatro caballos oscuros por la orilla del mar, sin jinetes ni sillas de montar ni nada. Poesía.
Eso no lo iguala ninguna foto.
Estábamos cerca de las dunas estirando después de correr, todavía era de noche aunque el horizonte empezaba ya a clarear con una luz rojiza, y de repente pasa a galope tendido un grupo de cuatro caballos oscuros por la orilla del mar, sin jinetes ni sillas de montar ni nada. Poesía.
Eso no lo iguala ninguna foto.